Faber est suae quisque fortunae

20.12.2022

"Provocarse a uno mismo la desgracia es tan universal como antigua la historia de Odiseo. Siempre los hombres serán serán los causantes de su propia degradación, incluso si las causas son no reales. De ahí la creencia en lo supranatural que bordea lo psicosomático, desde los anuncios de enfermedades surgidos del tarot que en el el cuerpo han se confirmado hasta la pulsión de muerte provocada por Maldición eterna a quien lea estas páginas o películas como "La llamada".

Tú también has leído estas páginas y la decadencia ha comenzado. Tu mente da vuelta las palabras. Lo percibías pero seguiste avanzando. Grave error. Vuelves para arriba y chequeas: es el texto el que está mal, las repeticiones marcan la pauta, pero el alivio dura poco porque te das cuenta de que el efecto es intencional. Hay algo dañado en tu cerebro, un corte en tu pensamiento, el sentimiento subrepticio de que algo no está bien. No hay nada que puedas hacer, la duda ha sido instaurada. Quizá esto es solo un juego perverso pero quizá, solo quizá, no hay mejor lugar para recibir un anatema que donde lo esperas. Autoconvencerte ahora de su ficción no servirá.

Tu estómago se revuelve. Ya es tarde, nunca fue temprano. Tú quieres esto, colaboras con tu propia perdición, con el mandato inexorable de que todo castigo es verdad y ya lo estás obedeciendo desde que te has expuesto a su presencia:
"Te quedan siete días".