Un hombre espera
Un hombre espera. Debajo de la loma, con la vida encima de sus hombros, un hombre espera.
Espera. Mientras los niños juegan, las parejas se besan, las familias comparten, un hombre solo espera.
Considerando el tiempo pasado, las oportunidades perdidas, la musculatura indolente, él espera.
Cae la noche, la larga noche, el azul reemplaza al naranja, y aún espera.
Pensando en sus años de noviazgo, en sus años de matrimonio, en sus años de viudez, el hombre espera.
Triste y terco por igual, casi adormilado, no deja de esperar.
Si no pudiera ver el árbol de pie, conocer las posibilidades de la ciudad, quizá no esperaría. Pero lo ve y las conoce.
Cada vez que recuerda los colores del día, el sol que reemplaza a la luna, no concibe nada más que esperar.
Bajo las mismas coordenadas, una mujer se sienta a su lado, muy cerca a su lado, y esperan.
*Finalista del V Concurso de Microrrelato Ilustrado de la Universidad de Jaén.
*Seleccionado por La Hora
del Cuento para formar parte de la antología Sentires, de la colección
Tinta, Palabra y Papel.